Estoy loca por mi socio, buena gente donde los haya. Algo peludo, y con “mucho morro”. Fidelidad, sin límites, acompañante incondicional, con una mirada que me enamora.
Mientras trabajo en el ordenador, noto su calor en mis pies. Y de vez en cuando, se levanta, y con su pata sobre mi rodilla, reclama su ración de mimos. ¡Cómo para resistirse!
Nunca se queja, al mínimo gesto hacia él, enloquece de felicidad, juguetón, bonachón e inseparable compañero. Desde un rincón del estudio, me observa paciente mientras hago las sesiones, y al finalizar, me ayuda a recoger, eso si, a su manera….
El otro día le pedí que posara para mí. Y lo hizo! así de guapo!