La fotografía es un arte donde la iluminación en la fotografía juega un papel fundamental, transformando lo cotidiano en extraordinario, lo invisible en tangible.
Para algunos, la fotografía, es poco más que pulsar un botón, pero ¡Qué equivocados están! Cuando fotografiamos, estamos pintando con luz. Y cuando entendemos la luz, cuando entendemos las sombras, la fotografía se convierte en arte. Un arte, que además, captura el tiempo en una imagen.
Entender la luz: el primer paso
Sin luz, no existe la fotografía. No es solo una cuestión técnica, es que la luz tiene el poder de transmitir emociones, hacernos vibrar, guiar nuestra mirada por la fotografía e indicarnos el camino que hemos de seguir para verlo.
La luz crea el ambiente, genera sensaciones, nos produce tristeza, alegría, ternura, misterio, miedo, sosiego… La misma escena puede variar como si fueran escenas totalmente diferentes y crearnos sensaciones opuestas tan solo cambiando la iluminación.
En las sesiones fotográficas de exterior, podríamos pensar que la luz es la que hay, y no hay opción de manejarla. Pero ¡claro que podemos! Lo hacemos al elegir la hora en la que vamos a fotografiar, al elegir el día y la atmósfera. No es lo mismo un día raso, que un día de niebla o de nubes de tormenta. Podemos manejar la luz, cuando elegimos que sombras forman nuestro encuadre, que entradas de luz conducen nuestra mirada.
Cuando realizo fotografías en exterior, aprovecho la luz natural, pero me apoyo de la luz del flash para crear algunas sensaciones, para resaltar lo que quiero, crear ambientes y conducir la vista donde quiero que vayan tus ojos.
La clave está en saber balancear y manipular estas fuentes de luz para que trabajen a nuestro favor, manteniendo siempre la esencia de la naturalidad que buscamos en cada disparo.
La hora dorada: fotografías al atardecer
Uno de mis momentos favoritos del día para hacer mis sesiones fotográficas en Zaragoza, es la hora dorada, ese breve momento antes de la puesta del sol o justo después del amanecer. La luz se vuelve cálida y envolvente.
A estas horas del día, la luz y el ambiente es absolutamente espectacular.
Además, esta hora del día evita los sombras duras en la cara o en la mirada como la dura luz del mediodía, así como los destellos molestos en los ojos.
Por otro lado, la luz natural también me permite jugar con las sombras. Las sombras, lejos de ser un elemento a evitar, son una herramienta que me permiten crear profundidad, misterio e incluso emoción. Una sombra bien colocada puede darle un mayor protagonismo al elemento iluminado, creando un diálogo visual entre luz y oscuridad que enriquece la narrativa de la imagen.
La iluminación en estudio: una herramienta esencial
En el estudio, la luz la creamos de cero. Por lo que tenemos que pensar muy bien lo que queremos y lo queremos transmitir para que la iluminación sea nuestro lenguaje, como las notas de una canción.
La capacidad de convertir una fotografía que podría pasar desapercibida en una obra que roba el aliento, reside en gran medida en una correcta iluminación. No es simplemente un asunto de claridad u oscuridad; es sobre cómo la luz puede infundir emoción, calidez y vida a un instante congelado en el tiempo.
La técnica de la iluminación es compleja y rica en matices. Cada fotógrafo se acerca a ella como un pintor a su paleta, eligiendo con cuidado los tonos y sombras que darán forma a su visión. Para mí, jugar con la luz es una de las formas que me permiten crear el resultado final. Al cambiar la intensidad, la dirección, o incluso el color de la luz, podemos alterar completamente el ambiente de una escena. Este manejo delicado de la luz permite destacar aquellos detalles que queremos que sean vistos, creando imágenes que hablan directamente al corazón.
En muchas ocasiones, mis fotografías son confundidas con pinturas, y esto sucede principalmente por mi forma de iluminar. Me gusta mucho crear sensaciones pictóricas a mis fotografías.
La iluminación en estudio nos ofrece infinitas posibilidades para crear escenarios cálidos y acogedores. Imaginemos una luz suave que baña la cara de un niño, simulando los últimos rayos de sol entrando por una ventana. Esa luz, precisa y delicada, no solo ilumina su rostro, sino que también captura la esencia de un momento de serenidad e íntimo.
Es en estos detalles donde la fotografía trasciende su naturaleza bidimensional para convertirse en una experiencia, un recuerdo vivo.
La iluminación en la fotografía personal
En el mundo de la fotografía personal, la iluminación es, sin duda, uno de los aspectos más críticos y valorados. Es la diferencia entre una fotografía más y una que se queda grabada en la memoria, evocando emociones y sentimientos cada vez que la miramos.
Me considero una enamorada de la iluminación, fascinada por su capacidad de transformar lo ordinario en extraordinario. En cada sesión, mi desafío y mi deleite es encontrar esa luz única que hará que cada fotografía sea especial. Trato siempre de perseguir el instante en que la luz cae en el paisaje de la manera perfecta, me siendo embaucada por como juega con las nubes, o las formas y dimensiones que crea en el paisaje. Persigo el instante en el que la iluminación forma el paisaje perfecto para capturar. La cálida luz que transmite el sol tras la lluvia, o los últimos destellos antes de desaparecer al final del día, son momentos en que la iluminación forma reflejos perfectos e idílicos.
Donde los demás ven paisajes, yo veo entradas de luz.
La iluminación no solo tiene el poder de embellecer; tiene el poder de transformar. En mi trabajo, busco esa transformación en cada disparo, en cada sombra, en cada haz de luz. Porque en la fotografía, así como en la vida, es la luz la que nos muestra la belleza en su forma más pura.
La iluminación como esencia de la fotografía
La fotografía es mucho más que una técnica o un oficio; es un arte que requiere sensibilidad, paciencia y, sobre todo, una comprensión profunda de cómo la luz modela, define y embellece lo que capturamos a través del lente. En mis sesiones fotográficas en Zaragoza, busco no solo capturar imágenes, sino crear experiencias inolvidables para las familias, aprovechando al máximo el regalo que es la luz natural.